Veronica Rivera Reclama Su Entorno
Veronica Rivera Reclama Su Entorno
Las hojas en el concreto, en la brea, en el cemento. Hojas que nacen en lugares inesperados, la naturaleza reclamando los entornos abandonados, llenándolos con su belleza. Así es el arte de Vero Rivera, una de las más reconocidas muralistas en Santurce, quien con su pasión por los patrones y los ritmos ha logrado crear un diseño propio, reconocible en cada uno de sus trabajos. Nos sentamos con Vero en su estudio en la Calle Cerra en Santurce, donde hablamos a fondo acerca de su modo de ver el arte, la vida y la belleza.
Merodea: Tu trabajo es distintivo por utilizar un mismo diseño, el de la hoja, y experimentar con él creando nuevos y diversos patrones. ¿Qué significa este diseño para ti?
Veronica Rivera: Son representaciones de hojas, donde trato de usar la misma hoja y recrearla de otra manera para que una persona diga, “nunca había visto esta composición con este tipo de hoja”. Me gusta tomar formas que ya existen en la naturaleza y representarlas de otra manera. De cierto modo, es la intervención de la naturaleza en el entorno urbano.
M: ¿Cómo surge esta idea?
VR: Siempre he sentido una gran pasión por los patrones y los ritmos. Empecé simplemente experimentando con hojas, especialmente la hoja de uva. Jugué con ellas, a cortarlas. Trabajaba con las mismas formas y relieves que ya existen en las hojas. La primera que trabajé fue en el 2009, y todavía la tengo en mi casa. Todo comenzó con una hoja de playa, como un juego. Luego pensé que no me debía limitar a la hoja de playa, y experimenté con otras formas de plasmarla.
M: ¿Tienes algún otro diseño en mente?
VR: Ahora mismo estoy experimentando y trabajando. Estoy muy apegada a este patrón. Cuando uno trabaja algo tanto uno crea un tipo de apego. Sigo con la hoja, pero trabajándola de otra manera. Yo siento que con las hojas hay un mundo que uno puede seguir explotando, pero no quiero estar en el comfort zone, tengo que retarme y seguir experimentando.
M: ¿Cómo comienza tu pasión por el arte urbano?
VR: Fue algo que simplemente sucedió. No fue algo que busqué. No tengo background de grafiti. En realidad comenzó con intervenciones en las que pegaba pasquines en espacios abandonados, con el propósito de hacer crítica de los espacios desocupados, una manera de decir que la naturaleza está reclamando su lugar. Al principio comencé a trabajar sin saber realmente lo que estaba haciendo, dejándome llevar por la inspiración. De ahí surge una invitación para trabajar un mural, lo cual nunca había hecho y me intimidó bastante. No me sentía cómoda haciéndolo, pero acepté el reto. De ahí seguí trabajando espacios cada vez más grandes.
M: Si pudieras escoger cualquier espacio en el mundo para trabajar, ¿cual sería?
VR: Más que los espacios como tal, lo más que me interesa es trabajar con flora diferente, algo que no conozca y que me rete. A mí me gusta estudiar el entorno para que mi diseño se adapte a él.
M: ¿Tienes influencia de algún muralista?
VR: Como comencé a trabajar esto antes de estar en el ambiente, no puedo decir que tengo una influencia directa de algún artista urbano. Ver los trabajos de los demás me motiva, y es una comunidad muy friendly, que inspira a dar lo mejor de uno.
M: ¿El reconocimiento pone presión en tu trabajo?
VR: Quizás a veces uno se cuestiona, especialmente con respecto a cómo van a reaccionar las personas que viven en los lugares donde trabajo, porque quiero que a ellos le agrade lo que estoy haciendo. Hay un cierto deber y responsabilidad de hacer algo con que la gente esté contenta y que les haga bien.
M: De todos tus trabajos, ¿cual es el que mayor satisfacción que te ha dado?
VR: El que está en la Calle Cerra, aquí al lado de mi estudio. Le tengo mucho cariño. Quizás es el más grande que he hecho, y fue mi primera invitación a Santurce es Ley, y la primera vez que trabajé en una grúa. Además, está en una calle que me abrió mucho las puertas, una calle con mucha exposición, y desde donde ahora trabajo.
M: Por último, ¿qué proyectos tienes para el futuro?
VR: Estoy experimentando. Me voy al Yunque en las mañanas a ver cómo se comportan las hojas en su entorno natural. Además, estoy trabajando mucho en el taller, con planes de convertirlo en un estudio/galería.
Por Mercedes Luna
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