Moriviví: Cuatro Artistas, Un Colectivo
Moriviví: Cuatro Artistas, Un Colectivo
Cuatro mujeres con una clara visión comunitaria, cuatro artistas plásticas que logran unir su creatividad individual para lograr algo más que la suma de las partes. Esto es Colectivo Moriviví, compuesto por Joy Díaz Marty, Sharon Nichole González Colón, Estefanía Rivera Cortés y Raysa Raquel Rodríguez García. Para nuestra sección Women We Heart, tuvimos la oportunidad de conversar con ellas acerca de cómo se trabaja en colectivo, la vandalización de una de sus obras y la razón de ser del arte público y comunitario.
Mercedes Luna: ¿Cómo surge la idea de unirse como colectivo?
Colectivo Moriviví: El Colectivo Moriviví se forma en abril de 2013 en Santurce es Ley 4, con ocho integrantes iniciales. Estábamos realizando un mural como estudiantes de la Escuela Especializada Central de Artes Visuales gracias a una oportunidad que nos cedió Alexis Bousquet. Al ver nuestro trabajo nos pidieron un nombre y tras darle muchas vueltas terminó siendo Colectivo Moriviví. Artistas plásticas féminas: Joy Díaz Marty, Sharon Nichole González Colón, Estefanía Rivera Cortés y Raysa Raquel Rodríguez García conforman el colectivo actualmente.
ML: ¿Cómo trabajan el flujo de ideas? ¿Alguien tiene la palabra con relación al trabajo final?
CM: El trabajo en equipo es un ideal con el que trabajamos y es la razón para seguir haciendo esto. Para elaborar un proyecto el flujo de ideas pasa por discusiones en colectivo. Debatimos los distintos aspectos que enfrentamos con cada tema para escoger los elementos que conformarán cada proyecto, en su mayoría murales, a pesar de que hemos hecho otras cosas. Es un proceso en el que abrazamos la crítica, en el cual llegamos a un consenso unánime.
ML: ¿Qué significa para ustedes la obra en la entrada al Expreso Las Américas? ¿Qué sintieron cuando la vandalizaron?
CM: Nuestro arte es para la gente. Las reacciones de la gente nos enriquecen como artistas. Las discusiones que se generan nos ayudan a crecer. Ninguna pieza de arte es un punto final, sino reflejo del crecimiento de aquellos envueltos en su proceso. Poniéndolo en perspectiva, recoge nuestro carácter y nuestra historia.
El Mural conocido como ‘Paz para la Mujer’ es el más firme ejemplo de esto y nuestro mayor logro hasta ahora. El logro poco tiene que ver con su ejecución sino con las reacciones que estimuló.
En base al tema de la Erradicación de la Violencia hacia la mujer solo podemos justificar lo que plasmamos. El tema de la mujer es uno muy complicado, nada de lo que se pueda decir va a ser abrazado como verdad. Existen debates extensos, referente a su representación y lo que es, ya que el discurso de género ha evolucionado tanto. No obstante, esto es algo que se da en una esfera social específica. Esto no es una discusión consumida por el individuo promedio de Santurce. Por ende, nos quedamos en una manera de presentar una imagen, ofreciendo la imagen más afín a la realidad de la mujer santurcina. Reconociendo nuestra herencia negra y la desnudez como algo natural en contraste con la imagen que se proyecta en la publicidad e incluso el ideal en nuestras mentes. Además, el 25 de noviembre se escogió como día de la Erradicación de la Violencia hacia la mujer porque es la fecha en que las Hermanas Mirabal fueron asesinadas durante la dictadura de Trujillo en la República Dominicana. Sus nombres código eran ‘Las Mariposas’ y por eso es la mariposa el símbolo adoptado para la mujer en este día.
La narrativa del mural sitúa a las mujeres cual árboles en un bosque repleto de mariposas, donde el ciclo de la vida y la muerte se manifiesta. Había un sentido de apropiación por parte de la comunidad de Santurce muy fuerte. Cuando alguien que aún desconocemos lo intervino con ropa interior, nuestra moral colectiva respecto al cuerpo de la mujer se hizo tema de discusión pública. Hubo protestas, mujeres de todas las edades e incluso mujeres lactantes se pararon firmemente exponiendo su cuerpo semidesnudo, hasta hombres se pararon en apoyo. Hubo memes y hasta disfraces de Halloween. Fue hermoso y sorprendente cómo una imagen tan simple pudo estimular algo tan poderoso y emancipador. Ese acto de censura o vandalismo fue el que validó la gestión de plasmar esa imagen en primer lugar.
ML: ¿Como comienza su pasión por el arte urbano?
CM: El arte urbano no nos apasiona. Es un género en el que artistas se distinguen por publicar su estilo y de eso no se trata nuestro trabajo. Nos identificamos más con el muralismo en técnica y acercamiento. Nuestro proyecto se dirige a elaborar una gestión comunitaria cuyo resultado final es una obra de arte que forma parte de la comunidad en donde se ubica. Nos apasiona la accesibilidad del arte público y poder acercarlo a la vida diaria de las personas. No creemos que el arte deba estar aislado en galerías y museos, no creemos que deba ser difícil de entender. Creemos que debe integrarse al trabajo y convertirse en una actitud de producción.
ML: Si pudieran elegir cualquier espacio en el mundo para trabajar… ¿Cuál sería?
CM: El espacio en que queremos trabajar es la comunidad y ¿cuál mejor que la que conformamos? En Puerto Rico hay mucho por hacer y estamos viviendo un período histórico de cambio. Claro que tenemos que viajar para aprender y estar en contacto con otras culturas, pero Puerto Rico es el lugar donde tenemos que trabajar.
ML: ¿Cuál es su muralista favorito en el mundo y en Puerto Rico?
CM: Somos cuatro personas y admiramos distintos trabajos. Nos gusta mucho ARYZ, estéticamente hablando. De los grafiteros nos gusta El Sid, un muchacho de ascendencia árabe que trabaja lo que él llama calligraffiti. Trabaja el Tag con un gran dominio del diseño en escalas enormes. Son textos de amor y solidaridad en caligrafía árabe, muchos provenientes del Corán. Es un trabajo significativo por el hecho de que trabaja la representación de la cultura árabe y musulmana en los lugares donde existe un prejuicio difundido por los medios. Recientemente conocimos una artista colombiana-puertorriqueña basada en Filadelfia que hace murales 100% comunitarios. Ha trabajado mucho con inmigrantes en Estados Unidos y ha logrado proyectos en México y Cuba. Su nombre es Michelle Angela y nos encantaría tener su mentoría.
ML: ¿Se puede vivir del arte que practican?
CM: Por ahora nosotras no podemos vivir de esto porque somos universitarias y solo le dedicamos la mitad de nuestro tiempo. Tenemos muchas cosas que resolver en cuanto a producción y constantemente nos cuestionamos lo que hacemos. Aspiramos a vivir de esto, y construir de otras formas además del muralismo.
ML: ¿Qué proyectos tienen para el futuro?
CM: Este es un campo inestable, los proyectos se confirman ya muy adentrados en el proceso. Ahora mismo estamos en pre-producción. Queremos convertirnos en un organismo que pueda trabajar con las comunidades en el que otros puedan participar activamente. Tendremos una campaña de recaudación de fondos activa y participativa. Hasta ahora la gente no deja de tocar nuestra puerta y es una dinámica de parte y parte. Queremos que eso se pueda normalizar.
Por Mercedes Luna
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