Mi Nombre es Ada, y Ellas son Mis Dos Mamás
Mi Nombre es Ada, y Ellas son Mis Dos Mamás
No importa cuántos años o títulos universitarios tengamos, para nuestras madres siempre seremos ‘la nena’. Esto es precisamente lo que le sucede a la autora, poeta, novelista y activista Ada Álvarez Conde, pero con un pequeño ‘twist’: en lugar de tener una madre, ella tiene dos. Desde los 13 años, Ada ha sido criada por su madre biológica, la activista de la comunidad LGBTT, Lcda. Ada Conde, y por la esposa de ésta, la consultora de finanzas Ivonne Álvarez. Estas tres excepcionales mujeres han creado un núcleo familiar digno de imitar: lleno de amor, comprensión, comunicación y respeto, cosa que en muchas ocasiones falta en las familias ‘tradicionales’. Con motivo de la celebración del Día de las Madres, nos reunimos con Ada, ‘Adita’ (como le llaman quienes la conocen, y como le llamaremos en este escrito para diferenciarla de su madre) e Ivonne para hablar acerca de la crianza, el ‘bullying’ del que fue víctima Adita, la relación entre las tres y cómo llevan a cabo el día a día familiar.
Merodea: Ivonne, ¿cómo comienza tu relación con Ada?
Ivonne: Yo tenía la discoteca Nuestro Ambiente en Isla Verde. Un día de Halloween Ada llegó con una amiga. Empezamos a hablar, me dijo que era abogada y le pedí una tarjeta. Dos años después le recomendé un amigo que necesitaba representación legal, y Ada lo ayudó. Mi amigo, luego de hablar con Ada, me dice que yo le gustaba a Ada. Yo hasta entonces no me había dado cuenta. Luego de esto empezamos a vernos, a salir a comer, vinito, quesito, y ya tú sabes el resto. Esto fue para el 2000. Llevamos 17 años de conocernos y 13 de casadas. ‘La nena’ siempre ha sabido de la orientación de su madre, y para ella es la cosa más normal del mundo.
M: Adita, ¿recuerdas el momento en que conociste a Ivonne?
Adita: La primera memoria que tengo es de mi graduación de octavo grado. Esa es la primera memoria que tengo, verla con su pelo rubio parado.
M: ¿Y cuándo es que la reconoces como tu mamá?
Adita: Quizás para cuarto año de escuela. Ahí pensé ‘mira, tengo dos mamás y las demás personas tienen solo una’. Siempre he tenido más conversaciones con Ivonne, quien es más cariñosa que mamá, que tiene un carácter fuerte. Sin embargo, cuando me voy a referir a ellas las llamo por sus nombres, para diferenciarlas. Ivonne estuvo conmigo cuando tuve que poner una orden de protección a los 14 años, en mis operaciones de corazón abierto y siempre estaba pendiente a las cosas de la escuela, pero mamá (Ada) siempre tenía la última palabra. Me alegro mucho de que mamá haya elegido a Ivonne como pareja (ríen).
M: Y tú, Ivonne, ¿cuando sientes que Adita es tu hija?
Ivonne: Siempre la vi como mi hija. Me salió automático. Sinceramente. Aunque no tuve hijos biológicos, me siento madre de Adita. La verdad, no veo diferencia entre ser madre biológica y ser madre de crianza. Ada nunca me ha puesto límites en la crianza de Adita, y me ha dado la libertad de ser parte de la crianza desde el principio. La protejo, amo y cuido como si fuera mi hija.
M: Ada, ¿cómo surgió tu confianza acerca de la capacidad de Ivonne para cuidar de tu hija?
Ada: Como con cualquier otra pareja, uno tiene que evaluar a la persona con la que uno va a compartir la vida. Tanto ella como yo somos bien cuidadosas con las parejas que tenemos. Ivonne es profesional, independiente y exitosa, y eso para mí fue bien importante en considerarla para que fuera parte de la vida de mi hija. Si eso no hubiera sido posible, la relación no habría funcionado.
M: Adita, ¿has tenido que defender tu composición familiar frente a los demás?
Adita: Sufrí mucho ‘bullying’ en la escuela por razón de la orientación sexual de mi mamá. Cuando ella se vuelve activista lo supo todo el mundo, y el ‘bullying’ acrecentó. Decían una de dos cosas: o se burlaban de mi mamá o decían que yo era ‘pata’ porque mi mamá era lesbiana (la gente ignorante piensa que eso se pega). Llegó a tal nivel que un cura de la escuela católica en que yo estudiaba me dijo que mis padecimientos del corazón eran a consecuencia del lesbianismo de mi mamá.
Una vez fui a una parada en NY y vi una familia de fundamentalistas con un niño de cinco años con un letrero que decía ‘Die Faggots’. Ahí me di cuenta de por qué mamá hacía lo que hacía, por qué hizo pública su ayuda a la comunidad gay. Ahí admiré mucho más a mami, porque me di cuenta que se estaba yendo en contra de la sociedad para pelear en contra de las injusticias.
Para contestar la pregunta, sentía que tenía que defender a mi familia en todo momento.
Ada: La ignorancia es bien atrevida.
M: Ada, ¿cómo manejaste el bullying hacia tu hija?
Ada: Lo más importante son los principios que uno le enseña a sus hijos. El ejemplo que ella vio en mi vida y en su hogar le dio la fortaleza para luchar contra el hostigamiento. Además, ella tenía un madurez que la ayudó mucho a manejar la situación. Ella estaba preparada, y sabía que yo estaba ahí. Uno no quiere que los hijos sufran, pero siempre estuve allí para ella.
M: ¿Entienden que es necesario un padre varón para una buena crianza?
Ivonne: No. Yo me crie sin papá. En la vida heterosexual hay un montón de personas que se crían con dos mujeres, por ejemplo: mamá y abuela, mamá y tía, etc. Puede ser una sola persona, dos hombres, dos mujeres, pero lo importante es el tiempo y el amor que se les da a los niños.
M: ¿Cómo es la dinámica familiar entre las tres?
Adita: Ivonne es mi confidente, y hay cosas que yo le comento que le pido que no se las diga a mami. Mamá (Ada) es más estricta e Ivonne es más permisiva. Por lo demás, ninguna de las tres seguimos una rutina y estamos bien fuera de la tradición. Somos mujeres bien fuertes. Vamos a comer, compartimos en casa, salimos a pasear… como todas las familias.
M: Adita, ¿no te sientes cansada de explicar tu situación familiar, algo que para ti es normal?
Adita: Hay mucha gente que cree que una pareja gay es perjudicial para los niños. En ese sentido, he sentido la obligación de ser portavoz y dar mi opinión para terminar con ese tabú. Prefiero que me pregunten, pero lo que no me gusta es que asuman. Estas entrevistas ayudan, siempre y cuando quieran saber la verdad, sin prejuicios. Otro mito bien frecuente es que no hay fe en la comunidad gay. Me preguntan ¿tú crees en Dios? Y yo les digo, ‘claro, soy católica y voy a la iglesia’. Esas cosas mucha gente no las entiende, y por eso es bueno que me pregunten. Las explico cuántas veces las tenga que explicar. Contestar preguntas es parte de una educación al público.
M: ¿Piensan que hay diferencia en la percepción que tiene el público acerca de dos madres versus dos padres?
Ada: Todavía hay un poco más de discrimen en contra de dos hombres como pareja. Es muy natural que la mujer exprese su afecto con el mismo género, pero eso no es tan común con los hombres. Expresiones de afecto entre hombres todavía pueden ser objeto de discrimen público. Pero estamos haciendo la diferencia. Ahora puedes caminar públicamente y el discrimen es mucho menor que antes.
Adita: Yo creo que el problema ha sido que el concepto fundamentalista/político de ‘familia tradicional’ se utiliza para inculcar el odio, pero nadie se ha dado a la tarea de investigar qué es la familia. El discurso fundamentalista en la política es de mamá/papá/hijo, pero no se discute nada acerca de las personas que no pueden tener hijos, o las parejas del mismo sexo que quieren adoptar. Hay que educar acerca del derecho a tener familia.
M: Adita ¿qué has aprendido de tus dos mamás?
Adita: Que lo importante no es quien te cría sino cómo lo hace, que no voy a dejar de trabajar por nada ni nadie, que las relaciones no deben ser controladoras sino solidarias, y que la mejor familia es la que trabaja en equipo.
M: Por último: ¿Cuáles son los planes para el Día de las Madres?
Adita: Es una sorpresa. Todavía tengo que planificarlo con Ivonne (todas ríen).
Por Mercedes Luna
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