Los Pure-Clay Masks se componen de 3 mascarillas, cada una con un propósito diferente. (Gracias L’Oréal Paris por entender que todas tenemos pieles diferentes). Están el Detox and Brighten para abrillantar, Exfoliate and Refine para alisar y por último, Purify and Mattify para aclarar.

Siendo una ‘skincare junkie’, tuve que tomar la tarea de probar estas mascarillas. Ya que la mascarilla Detox and Brighten no va con mi piel grasosa y combinada, utilicé las otras dos mascarillas. Tomé en cuenta el método que L’Oréal recomienda que es el ‘multi-masking’, que significa utilizar más de una mascarilla en el rostro a la vez.

De primera impresión, el empaque se ve y se siente de mucho valor. Es de cristal y tiene mucho peso. Vamos bien. Cuando lo abres, te da este único aroma de spa que me dejó obsesionada. Ya me sentía calmada y relajada. Apliqué la mascarilla Purify y Mattify en mi frente y nariz, que es donde más aceites produzco. La mascarilla Exfoliate and Refine la apliqué en mis cachetes y en mi barbilla, donde viven los benditos ‘blackheads’ y ‘whiteheads’.