Seguramente, la voz de la mujer de la cuál te vamos a hablar hoy, ha estado sonando por largos ratos en las fiestas navideñas que has frecuentado durante toda tu vida. Tanto sola, cantando una trova o una improvisación, como en algún junte con otros artistas de música típica puertorriqueña.

Ha sido galardonada en múltiples certámenes como el concurso de Trovadores del Instituto de Cultura Puertorriqueña en donde conquistó el primer lugar, convirtiéndose en la trovadora nacional por excelencia. Luego formó parte del Coro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ponce. Ha debutado junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Y logró coronarse como la primera fémina en ganar el Concurso de Trovadores Bacardí, demostrando ser la mejor improvisadora de Puerto Rico de fin de siglo.

Esta jíbara de voz sublime definitivamente lleva en su sangre el cantar campesino. Actualmente es de las pocas mujeres improvisadoras en la Isla, aunque en la trova sí hay bastante representación femenina. Aún así, en un esfuerzo de fomentar más aún la décima puertorriqueña en las nuevas generaciones, invierte parte de su tiempo en dar clases y talleres de trova.