BeautyBlender: ¿Vale la pena?
BeautyBlender: ¿Vale la pena?
Siendo amante de todo lo que es el mundo de la belleza, paso horas continuas en la aplicación de Sephora buscando lo nuevo y lo que está trending. Cuando debutó el beautyblender, causando todo tipo de sensación, confieso que lo encontré un poco raro ya que yo siempre uso brochas para aplicar mi maquillaje. Pero luego de ver que todas las ‘beauty bloggers’ y ‘vloggers’ no paraban de hablar de la dichosa esponja, me fui derechito a la fila de Sephora con el mío. Admito que cuando la cajera dijo $22.30, lloré un poco por dentro y me pregunté: ¿Verdaderamente quiero gastar más de $20 en una esponja? Bueno, si Jaclyn Hill dijo que es un producto ‘holy grail’, pues que los dioses de Visa y Mastercard me lo concedan.
Esta esponjita mágica se ha convertido en mi producto favorito. La uso todos los días, literalmente TODOS los días. Me encanta porque logro que mi base luzca muy natural pero a la vez, ‘flawless’. Ahora entiendo por qué este producto se ha ganado el ‘Best of Beauty Award’ de Allure cinco veces. ¿Lo que más me gusta? Que no es como una esponja tradicional que la usas una vez y la botas. El beautyblender es re-usable, lo lavas una vez a la semana (algo que siempre se me olvida) y listo, queda como nuevo.
Un día me puse a investigar las distintas esponjas en el mercado porque yo sabía que tenía que existir una opción más barata y de la misma calidad, o algo similar. Decidí darme la vuelta por la sección de belleza en Marshall’s y encontré esponjas de todo tipo de color y formas. Decidí comprar una de la marca Revival Beauty porque era prácticamente igualita a la de beautyblender, solo el color era diferente. Aquí la historia es un poco diferente a la de Sephora ya que la cajera me dijo un precio diferente pero BIEN DIFERENTE. Este me salió en $4.45, #score. ¡Una diferencia de casi $18, momento de felicidad inmensa!
Tan pronto llegué a casa me dediqué a investigar si esta esponja de $4.45 sería capaz de lograr la misma aplicación de maquillaje impecable que logro con mi amado beautyblender. Me maquillé a pesar de que no tenía planes para salir. Cuando saqué la esponja de su empaque, me sentí confundida. No sabia si había comprado una esponja de belleza o una pequeña bola de tennis. No es nada suave, es sumamente dura y densa. Sentí que este experimento iba a fallar pero traté de ser positiva. La mojé un poco, como hago de costumbre, pero no se expandió tanto como mi beautyblender. Fallo #2.
Apliqué un pequeño punto de base líquida en mi frente, mis mejillas, mi nariz y mi barbilla. Comencé a hacer el ‘bouncing motion’ con la esponja y me sorprendió que el producto se dispersó muy bien. Estaba impresionada. Sentí que mi base estaba quedando pareja, así que continué con toda mi rutina: concealer, liner, mascara, blush, highlighter y claramente, las cejas para lograr el ‘strong brow game’ que está de moda.
Fui al baño a lavarme las manos y noté algo raro en mi cara. No sé si les pasa lo mismo, pero el espejo de mi baño nunca miente. El mío claramente me estaba diciendo que mi base llegó al ‘cakey status’, sí: al ‘bondo’ que todas tratamos de evitar. Parecía que mi cara tenía parches. Con el tiempo mi maquillaje dejó de lucir parejo y ‘flawless’. Se acumuló en áreas alrededor de mi nariz y acentuaba mis poros a niveles que astronautas en Marte podrían ver.
Decidí hacer otro experimento. Cuando lavo mi beautyblender, siempre se seca muy rápido. Esto es algo bueno, en mi caso, que siempre ando con apuro. Sé que lo puedo lavar sin problema si está sucio antes de maquillarme. Ese mismo día de mi experimento fallido, lavé ambas esponjas y las coloqué sobre papel toalla para que se secaran. Al otro día a las 8:00 a.m. y como de costumbre, el beautyblender estaba seco. ¿Y la otra esponja? ¡Totalmente enchumbada! A las 9:30 a.m. aun estaba mojada y, ¿qué creen que pasó a las 10:30 a.m.? ¡TODAVÍA ESTABA MOJADA!
Me quedó clarísimo: no cambio mi beautyblender por nada. A veces verdaderamente vale la pena gastar el dinero e invertir en el producto original. Si ya tienen un ‘cult status’, ¿por qué cuestionarlo?
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