Por mucho tiempo, la moda se ha encargado de definir a cada persona de acuerdo a su género. Cada vez que entras a una tienda te dejas llevar por el letrero que identifica el área de hombres y el área de mujeres. Por lo general, en la moda de mujeres encuentras una variedad de diseños bien extensa, siempre resaltando lo femenino. Aunque a través de los años hemos tomado los diseños de hombre como inspiración –como los pantalones y los zapatos–, siempre tienen un elemento que te guía en diferenciarlo de los de ellos, ya sea por la silueta o el color.

Pero esto está cambiando, o al menos esto es lo que proponen diseñadores como Rick Owens y Alessandro Michelle de Gucci desde comienzos de 2015, cada uno borrando las líneas entre géneros y creando ropa práctica para ambos, hombre y mujer.

¿Cuál es la diferencia ahora? Como dijo Lucie Greene, la directora global de JWT Intelligence, la rama de reporte de tendencias de J. Walter Thompson, al New York Times: “La percepción de la orientación sexual está siendo retada por los Millennials”, lo que quiere decir que la línea entre lo que diferencia al hombre de la mujer está poco a poco desapareciendo.

¿Qué significa esto para los comercios? Mientras la nueva generación busca construir su propia identidad, “el patrón de consumo ya no se define por segmentos demográficos como edad, género, ubicación, ingresos, estatus de familia, entre otros”, declaró un reporte de Trendwatching,com.

Para nosotras es un paso importante de parte de la moda para llegar a la equidad de género, una sociedad balanceada y con mayor libertad de expresión.