True Story: Llevo 4 años usando una copa menstrual
True Story: Llevo 4 años usando una copa menstrual
Hace cuatro años decidí cambiar de tampones y toallas sanitarias a una copa menstrual. Aunque esto suene como un aparato complicado, te aseguro que es lo mejor que he hecho para mi vagina. Cuando la descubrí pensé en miles de razones por la cual no iba a funcionar pero, curiosa por probar algo distinto, la compré. Cuando llegué a casa me puse a buscar información y videos de cómo insertarla de la manera más fácil y “mess free”. Esperé la menstruación feliz ese mes (algo que nunca pasa) y cuando me llegó, traté varias formas de insertarla hasta que logré sentirla bastante cómoda.
Algo que espanta de la copa es el fact que vas a ver tu sangre en vivo y a todo color. Los tampones, además de absorber sangre, también absorben la lubricación natural y necesaria de la vagina. La copa no hace esto, sino que acumula la sangre hasta que la arrojas al inodoro. La primera vez que vi esto fue un momento bastante eye opening. Por taboos la menstruación y este tipo de sangre dan asco, aunque es algo natural que no podemos evitar.
Desde que uso la copa me siento más conectada con mi cuerpo y con el medio ambiente.
Razones por las que debes considerar el cambio:
- No contiene químicos que perjudican tu vagina. Los tampones y toallas sanitarias contienen demasiados químicos para blanquearlos y perfumarlos. Son tóxicos y no deberían ir dentro de ti.
- Son eco-amigables. En promedio, las mujeres usamos de 200 a 300 tampones y toallas sanitarias en un año. Con buen cuidado, la copa la puedes rehusar por varios años.
- Ahorras dinero. Los productos desechables requieren que los compres cada ciclo menstrual mientras la copa es solo un gasto inicial.
Por Ashley González, allbones.co
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